Juan Camín Torrents
Como propietario de una empresa -con independencia de su tamaño- o como autónomo, a la hora de contratar a un trabajador, te conviene plantearte las ventajas y el valor añadido que comporta la incorporación de un empleado discapacitado.
Las personas con discapacidad conforman un grupo vulnerable y numeroso que se halla en riesgo de exclusión social al tener limitados sus accesos a entornos o procesos que no han sido concebidos teniendo en cuenta sus necesidades específicas.
Corresponde pues a los poderes públicos la eliminación de esas barreras que dificultan su integración social, siendo una de las vías la de facilitar su incorporación al mercado laboral mediante ayudas a su reinserción.
En España hay 481.000 personas ocupadas con discapacidad que suponen menos de un 26% de ese colectivo, cuya tasa de actividad es 40 puntos inferior a la de la población sin discapacidad. Y es que deben luchar contra prejuicios falsos tales como el bajo rendimiento, el elevado absentismo y otros problemas de adaptabilidad. De hecho, un reciente estudio pone de manifiesto que un 70% de las compañías tiene reticencias para contratar a este tipo de personas.
Si bien es cierto que en ellos se da, de media, una menor cualificación -sólo un 18% tiene un nivel superior a la educación primaria y no representan más que un 2% de los universitarios-, los beneficios de diversa índole que lleva aparejada su contratación pueden compensar esos recelos iniciales y convertirla en una buena inversión a medio plazo.
Desde el punto de vista económico, el Estado “premia” al empresario con una serie de bonificaciones cuya cuantía oscila entre los 3.500 € y los 6.300€, dependiendo de una serie de variables como son el grado de discapacidad, el sexo, la edad, el tipo de contrato y la jornada laboral. Estas ayudas adquieren mayor relevancia si consideramos que en 2019 se han derogado las modalidades de subvenciones a la contratación más utilizadas hasta el momento al estar vinculadas a elevadas tasas de desempleo que afortunadamente ya no padecemos.
Pero esa rentabilidad no se circunscribe a los aspectos económicos, puesto que las verdaderas ventajas residen en la mejora de la reputación de tu negocio a través de su compromiso con la Responsabilidad Social Corporativa, mediante la cual la empresa está dando a conocer sus valores de respeto y diversidad. En ese sentido, no debemos olvidar que el marketing social es una de las formas de comunicación con clientes más reconocida actualmente, además de ser un elemento de elevada ponderación en muchas licitaciones públicas.
Otro plus corporativo es la mejora del clima laboral que se genera a través de la integración de los discapacitados en la plantilla, cuestión que sensibiliza al resto de trabajadores ante la discriminación. Su afán de superación y motivación, además de las ganas de aprender y comprometerse, son valores contagiosos que los convierten en trabajadores únicos por su posibilidad de contribuir, con sus capacidades específicas, al progreso de la sociedad. En consecuencia, dar empleo a este perfil repercute positivamente en tu negocio, tanto a nivel humano como económico.
En esta información del Servicio Público de Empleo Estatal, encontrarás las bonificaciones/reducciones a la Seguridad Social a trabajadores con discapacidad.
En la siguiente, del mismo organismo, encontraràs información referida a la integración laboral de las personas con discapacidad.