Luis Garrido Martos
Importancia de la tesorería en la empresa

Pocos problemas hay en las empresas más relevantes desde el punto de vista financiero, como la planificación y el control de la tesorería

 

 

Efectivamente, cualquiera que pueda ser la causa de la quiebra de las empresas, hay una en común a todas ellas: las deudas no pueden ser pagadas a  su vencimiento.

Se trata  por lo tanto, de un tema importante,  que puede llegar a ser  crítico, y  que se agrava más cuando se produce la crisis, que es precisamente cuando menos facilidades tendrá la empresa para obtener recursos financieros, ya sea en forma de pólizas de crédito o préstamos, descuento de papel comercial, aplazamientos de sus proveedores, etc.

Dice el refrán, que los bancos te dejan un paraguas cuando hace sol, y te lo quitan cuando llueve. No parece lógico pues, esperar ayuda de las entidades financieras cuando tenemos dificultades para pagar las deudas inmediatas.

 

Gestión de la tesorería

De quién mejor aprendí la gestión de la tesorería, fue de un antiguo jefe, que no gestionaba apenas la tesorería (por lo menos aparentemente). Gestionaba la liquidez, que es un concepto más amplio que la tesorería, aunque  una cosa lleva a la otra.

Gestionar la liquidez implica no mirar solo el disponible, sino también como el realizable se convierte en disponible y confluye con el exigible en unos momentos o fechas concretas,  por unos importes concretos.

Cuando le decía a mi jefe: “Vd. no gestiona la tesorería” (haciéndole ver que apenas utilizaba previsiones a corto plazo), él me decía: “Efectivamente, yo no gestiono la tesorería; gestiono el Cash-Flow, que es la mejor manera de gestionar la tesorería”.

Y añadía:” No se conduce un coche mirando el retrovisor; se conduce mirando hacia adelante, y cuanto más lejos puedas ver, mejor”.

La tesorería que tiene la empresa en una fecha determinada, es la consecuencia de decisiones que aparentemente tienen poco que ver con la Caja: almacenar hasta unos niveles determinados, comprar con unas determinadas condiciones de pago, vender con unas determinadas condiciones de cobro, gestionar las cuentas a cobrar de clientes, invertir, etc., junto con la generación de fondos y la distribución que hagamos de los mismos.

“El secreto está en la planificación y en la gestión del Cash–Flow.  No en las previsiones puntuales, aunque estás  tengan también su utilidad práctica”.

Desde luego, la planificación no hará que el Cash-Flow sea distinto al que seamos capaces de generar, y las deudas seguirán siendo las deudas, pero la planificación nos permitirá, en el peor de los casos, adelantarnos a las dificultades, permitiéndonos poner en práctica uno de los secretos básicos de la negociación con los bancos: negocia con tiempo y sin prisas, antes de que las dificultades financieras te agobien. (Es decir, cuando aún no te han quitado el paraguas).

 

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